Esta
mañana llovió mucho. Mientras iba camino al centro de mi ciudad para imprimir
mis apuntes del borrador de mi clase de hoy (vivo lejos de la civilización
donde no hay locales de ciber-café); el cielo me auguró que yo sufriría un
torrencial. Así fue. Luego de haber obtenido mis impresiones, en el camino de
regreso ya estaba empapado por completo. Incluso, me tocó la escena cómica de
mi sombrilla doblándose hacia arriba, lo que propició todavía mojarme más de
pies a cabeza y la risilla discreta de algunos observadores curiosos. Por fin
había llegado a mi parada, esperando el microbús de regreso a casa y que el
conductor me permita subirme. Mientras esperaba mi transporte, me puse a pensar
en mi situación tragicómica. Tal vez alguien en mi lugar hubiese quejado y
pensado:
1)
“¡Calla lluvia! ¡Enmudece viento! ¡Ábrete cielo!”…
2)
“Declaro y decreto que esta lluvia se detiene como cuando Elías detuvo la
lluvia por tres años”…
3)
“¡Te reprendo Satanás, son ataques tuyos, te ato con cuerda de tres nudos!”.
Ok,
igual exagero. Pero en ese momento ni siquiera pensé en esas cosas y ni las
practico No digo esto para ofender a nadie, ni tampoco es el momento para
discutir estas cosas, ése no es mi punto por lo que hoy escribo. Pero lo
primero que llegó a mi mente, en esa parada del microbús, con el paraguas medio
repuesto, bajo esa lluvia y mañana fresca, fue:
“Dios
es bueno todo el tiempo, y todo el tiempo Dios es bueno…”.
Esas
palabras me impactaron mucho desde la semana pasada. No
sé quién es el autor de esta frase, pero me pareció muy contundente cuando la
leí por primera vez; y la volví a escuchar en una película (“Dios no está
muerto”). Supe por un hermano que esa expresión es muy común en las iglesias de EUA; especialmente en el "Día de la resurrección". Aún así, cuando resonaron esas palabras en mi
mente, una sonrisa brotó de mis labios, mientras miraba el horizonte de ese
cielo nublado y grisáceo. Cerré mi paraguas y dejé que las gotas de lluvia se
deslizaran en mi cara. Mi corazón empezó a sentir esa paz que proviene de parte
del SEÑOR y de Sus misericordias para conmigo:
Nahúm
1:7 "Bueno es el SEÑOR, una fortaleza en el día de la angustia, y conoce a
los que en Él se refugian" (LBLA).
Salmo
34:8 "Probad [Gustad] y ved que el SEÑOR es bueno. ¡Cuán bienaventurado es
el hombre que en Él se refugia!" (LBLA).
Salmo
136:1 "Dad gracias al SEÑOR porque Él es bueno, porque para siempre es su
misericordia" (LBLA).
Todo
conforme a Su Palabra. A pesar de los momentos incómodos, chuscos, difíciles,
penosos, absurdos, problemáticos y típicos de cada día: Dios es bueno, y Su
misericordia es para siempre.
Durante
la hora del trayecto a casa, el SEÑOR dispuso en mí una actitud de adoración a
Él.
¡Sólo a Dios la
Gloria!