¿1 Juan 1:7 avala la
práctica de la invocación de la sangre de Cristo?
Mi
humilde respuesta al respecto es: No, no es bíblico y no existe un solo
versículo que lo avale. De hecho, si analizamos Efesios 6, la mención de la
armadura de Dios, no incluye dentro de este armamento espiritual la invocación
de la sangre de Cristo. Cabe decir que la sangre de Cristo no es un amuleto de
protección.
Esta
idea de invocación tiene su origen en una antigua práctica católica. Existen
libros, como "DEVOCIÓN A LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE NUESTRO SEÑOR
JESUCRISTO" de "QUEENSHIP PUBLI- SHING COMPANY" y otras ediciones
católicas, que promueven esta práctica de invocar la sangre de Cristo.
Ahora,
algunos creen sobre 1 Juan 1:7 es base para la invocación de la sangre de
Cristo:
1
Juan 1:7 “pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos
con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”.
En
este pasaje es claro que se trata de un sentido figurado -un tipo de metonimia
(*1), que alude a que la expiación de Cristo es suficiente y eficaz para cubrir
nuestros pecados pasados, presentes y futuros; no es que el SEÑOR a cada
momento se va cortar las venas para cubrir nuestros pecados o para protegernos
de todo mal.
En
el contexto inmediato debe entenderse que con la debida confesión de pecados y
arrepentimiento sincero en el nombre de Jesús a Dios podemos recibir el perdón
de nuestros pecados diarios que cometemos:
1
Juan 1:9 “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar
nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”.
Pues
no hay quien no peque:
1
Juan 1:8 “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y
la verdad no está en nosotros”.
Y
el contexto del capítulo siguiente vincula la sangre Cristo como la
propiciación (*2) de nuestros pecados (Léase 1 Juan 2:1-2), es decir que ha
satisfecho la justicia de Dios por medio del sacrificio de Cristo, quien actúa
como abogado de los que creen:
1
Juan 2:1-2 “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si
alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el
justo. Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los
nuestros, sino también por los de todo el mundo”.
Ahora
bien, es cierto, no todos podemos estar de acuerdo y soy respetuoso de los que
opinen diferente a lo creo que la Biblia dice claramente; sin embargo, en mi
humilde entendimiento yo no he hallado ningún testimonio bíblico en los
apóstoles anduviesen invocando la sangre de Cristo para protección o para hacer
cualquier cosa con ella, pues en ellos nos hemos basado para poder comprender
las profecías, los tipos, símbolos y sombras de Cristo del AT en el NT (Léase
Hebreos 8:5). Muchos han pretendido usar la sangre de Cristo para proteger negocios, autos, casas, personas, etc. Discúlpenme, por favor, pero eso ya cae
en la superchería.
Si
se pretendiera creer que es posible invocar la sangre de Cristo para cubrirse,
entonces en nada difiere de la doctrina católica de la transubstantación (que
el pan y el vino se convierten literalmente en carne y sangre) que tanto
estamos enseñando que es anti-bíblica, pues ellos sacrifican y derraman la
“sangre” de Cristo, de la misma manera que se pretende hacer con la invocación
de “cubrirse con la sangre de Jesús”, es sinónimo de derramar su sangre otra
vez cuando ya sido entregada una vez y para siempre (Léase Hebreos 9:11-12,
14):
Hebreos
9:11-12 “Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes
venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es
decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros,
sino por su propia sangre, ENTRÓ UNA VEZ PARA SIEMPRE EN EL LUGAR SANTÍSIMO,
habiendo obtenido eterna redención” (Mayúscula añadida).
Ya
Cristo se ofreció una sola vez por los pecados de los que había de redimir
(Hebreos 10:10). Ya estamos cubiertos y santificados (entendiéndose,
santificación como apartamiento o consagración a Dios para ser parte de Su
pueblo –Léase Tito 2:14, PURIFICAR UN PUEBLO celoso de buenas obras-) y en ella
tenemos perdón de pecados (Léase Efesios 1:7, Colosenses 1:14).
La Señal de la Pascua
Otro
caso de usar textos fuera de contexto para avalar una práctica común sobre este
tema, es la cobertura del Cordero en la Pascua (Léase Éxodo 12), en la matanza
de los primogénitos en Egipto; con el fin de cubrir objetos, casas o personas
para protección. En realidad, era una figura y señal del Cordero que había de
venir, ya Cristo hizo un sacrificio una sola vez y para siempre por los pecados
(Léase Hebreos 8:5, 9:9). No hay un solo mandamiento de parte de los apóstoles
que nos digan que debamos hacer lo mismo, excepto que nos dan y enseñan la
confianza de lo que Cristo hizo en la cruz del Calvario. Lo que mi nota trató
de decir es que en Cristo tenemos la seguridad de hemos sido perdonados, pero
eso no quita la responsabilidad por nuestros pecados que a diario cometemos,
pues todos cometemos pecado, pero la base de la expiación de Cristo lo ha
cubierto, el derramamiento de su sangre, pues su sacrificio es perfecto y nos
ha limpiado teniendo como abogado para con el Padre a Jesucristo.
Si
se busca protección al estilo de cubrirse como en la Pascua del libro de Éxodo,
no tiene sentido, porque la Escritura en el NT es clara:
1
Corintios 5:7 “Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa,
sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue
sacrificada por nosotros”.
Ya
fue sacrificado por nosotros. El texto es claro.
Si
se quiere la protección de Dios, entonces, ¿Quién mejor que nuestro maestro
Jesús que nos enseñó a orar al Padre que nos libre del mal en su oración del
Padre nuestro? (Léase Mateo 6:13, Lucas 11:4). Los creyentes de la época
neotestamentaria siempre han dependido de la gracia y socorro de la mano
poderosa de nuestro Dios.
¿De qué nos limpia
la sangre de Cristo?
La
Epístola a los Hebreos nos explica mejor el contexto del sacrificio de la obra
redentora de Cristo Jesús en la cruz del Calvario:
Hebreos
9:13-14 “Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las
cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación
de la carne, ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu
eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, LIMPIARÁ VUESTRAS CONCIENCIAS
DE OBRAS MUERTAS PARA QUE SIRVÁIS AL DIOS VIVO?” (Mayúscula añadida).
Hebreos
10:1-2 “Porque la ley, TENIENDO LA SOMBRA DE LOS BIENES VENIDEROS, no la imagen
misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen
continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan. De otra manera
cesarían de ofrecerse, pues los que tributan este culto, LIMPIOS UNA VEZ, NO
TENDRÍAN YA MÁS CONCIENCIA DE PECADO” (Mayúscula añadida).
Hebreos
10:19-22 “Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar
Santísimo POR LA SANGRE DE JESUCRISTO, por el camino nuevo y vivo que él nos
abrió a través del velo, esto es, DE SU CARNE, y teniendo un gran sacerdote
sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre
de fe, PURIFICADOS LOS CORAZONES DE MALA CONCIENCIA, y lavados los cuerpos con
agua pura” (Mayúscula añadida).
Creo
que estos textos dejan en claro lo que se quiere decir que la “Sangre de Cristo
nos limpia de todo pecado”, pues está sola frase encierra mucha riqueza Cristológica.
Conclusión
En
resumen:
1)
No existe pasaje bíblico que avale la invocación de la sangre de Cristo.
2)
1 Juan 1:7 no trata sobre la invocación de la sangre de Cristo sino de que el
sacrificio de Jesús e suficiente y eficaz para cubrir nuestros pecados.
3)
La sangre de Cristo limpia nuestras conciencias de pecados y purifica nuestros
corazones.
Además,
implica una exhortación a vivir en arrepentimiento diario y continuo por
nuestros pecados, por medio del arrepentimiento y de la confesión A NUESTRO
DIOS en el nombre de nuestro SEÑOR Jesucristo, en quien confiamos como abogado
nuestro gracias a Su obra redentora en la cruz del Calvario. ¡Esto es gracia
inmerecida!
Recomiendo
ver y escuchar el siguiente video: “Es bíblico invocar la sangre de Cristo”;
del pastor Chuy Olivares [ver
video].
¡Sólo a Dios la
Gloria!
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(*1)
Metonimia: Es la forma literaria que
usa una palabra en lugar de otra, que la primera sugiere, tal como la causa por
el efecto, y el símbolo o la señal por la realidad. La metonimia se funda en
una relación de dos cosas, más que en semejanza (más bien mental que física).
Cuando el escritor pone el efecto de una acción en lugar de la causa, o usa el
símbolo o la seña en lugar de la realidad, usa la metonimia. En el caso de 1
Juan 1:7, la señal es la “Sangre de Cristo nos limpia de todo pecado”, mientras
que la realidad es que todo lo que Cristo hizo, su sufrimiento en la Cruz, su
sacrificio, es lo que nos limpia.
(*2) Propiciación: En términos sencillos, se
refiere a un sacrificio que apacigua la ira de Dios al satisfacer Su justicia.