jueves, 27 de junio de 2013

¿ES PERMITIDO AL CREYENTE ESCUCHAR MÚSICA MUNDANA AUN CUANDO SU CONTENIDO NO SEA MALO?

Pues bien, sabemos que la Biblia dice que nosotros no tenemos porqué buscar las cosas del mundo, ni amar al mundo: 

1 Juan 2:15 “No améis al mundo, NI LAS COSAS QUE ESTÁN EN EL MUNDO. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él” (Mayúscula añadida).

Aquí la expresión “cosas”, es en un sentido general, que inclusive puede implicar también los instrumentos de adoración o cantos que no edifican ni glorifican a Dios.

Ahora, si hemos nacido de nuevo, es muy factible que busquemos adorar a Dios en Espíritu y en verdad porque Dios busca a tales adoradores: 

Juan 4:23 “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren”.

Esto implica no solo en pensamientos, obras o aclamaciones, también respecto a la música y el canto, pues tenemos esa tendencia de mostrar adoración a Dios por medio de ellas. Por lo tanto, la tendencia del adorador verdadero y creyente será buscar y dar la gloria a Dios en Cristo Jesús: 

Romanos 11:36 “Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén”.

Y si ya tengo conocimiento de esto, entonces, no puedo retroceder a nada. 

Respecto a escuchar la música que NO es mala, bueno, esto en apariencia supone que no sea malo, aun cuando no sea para inducirnos al pecado, que no posea una letra cuyo contenido tiende al Humanismo y no desvíe la atención en el verdadero centro de adoración que es Cristo mismo. 

Por ejemplo, hay canciones que contribuyen o exaltan los valores o virtudes como el amor a la familia, la paz, la misericordia, etcétera. Pregunta: ¿Por qué se escriben tales canciones en un mundo tan corrupto? Eso es porque tenemos la imagen y semejanza de Dios que describe tales atributos; claro, en un nivel claramente corrompido por el pecado (Léase Génesis 1:26-27; Santiago 3:9; Romanos 5:12, 19). 

Los seres humanos tenemos una luz al respecto del bien, un bien de Dios (Léase Salmo 16:2; Santiago 1:17), aunque estemos siempre inclinados al mal y somos ser injustos (Léase Romanos 3:9-18; Génesis 6:5), este bien, derivado de la imagen de Dios, se proyecta y se trasluce en las canciones. En dicho sentido: ¡Qué bueno que se reconozcan las virtudes y lo bueno; y que se promueva lo bueno o hacer el bien! Sabemos que las buenas obras no salvan ni nos justifican delante de Dios, pero es mucho mejor y beneficiosos promover y hacer el bien (Léase Deuteronomio 6:18a, 12:28; Romanos 3:20, 28). 

PERO… Por otro lado, el problema radica en que dichas canciones, aunque no sean malas, y cuyo contenido busca el bien, NO GLORIFICAN A DIOS NI ESTÁN ENFOCADAS EN ÉL. Y todo lo que no glorifica a Dios puede tomarse en cuenta como pecado: 

Romanos 1:21 “Pues habiendo conocido a Dios, NO LE GLORIFICARON COMO A DIOS, NI LE DIERON GRACIAS, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido” (Mayúscula añadida). 

Por eso el apóstol Pablo nos exhorta a dar la gloria a Dios en todo y cuando hacemos algo, sea lo que sea: 
1 Corintios 10:31 “Si, pues, coméis o bebéis, O HACÉIS OTRA COSA, HACEDLO TODO PARA LA GLORIA DE DIOS” (Mayúscula añadida). 

Así que en conclusión, esto queda a la conciencia del creyente. 

¡Solo a Dios la Gloria!