INTRODUCCIÓN
Hoy en día en las iglesias locales (mayormente carismáticas y pentecostales) se usa un frasquito con atomizador cuyo contenido es aceite de oliva, el cual llaman “El aceite de la Unción santa” y lo aplican a todo. En lo personal, me ha tocado ser testigo de cómo hermanos sinceros han realizado la práctica del ungimiento de este aceite siendo aplicada en cosas y en personas. Por ejemplo los siguientes casos qué recuerdo:
He visto, por ejemplo, cómo una hermana ungía sobre la frente de otro con aceite con el fin de consagrarlo al SEÑOR para el servicio, para después, dar rienda suelta a una “oración en lenguas desconocidas”.
Hay quienes atribuyen la unción con aceite con atributos curativos del tipo milagroso (mucha semejanza con las doctrinas de PARE DE SUFRIR y sus objetos pseudo-milagrosos no es coincidencia).
En otra ocasión, también de hermanos sinceros, cómo rociaban aceite con un atomizador en sus manos para orar por cada petición de los creyentes en una iglesia, no siendo limitada al caso de enfermedades, sino también hasta peticiones de trabajo.
Aun peor, el ungimiento con aceite, como si se tratase de un amuleto protector a prueba de todo colocado en automóviles, siendo aplicado en pinturas, en puertas, en patios y en ventanas; contra espíritus inmundos y sobre endemoniados, o como cerco de protección en una iglesia o casa.
También hay situaciones más extremas: Se utilizan helicópteros y avionetas para rociar aceite sobre la ciudad, el estado o el país, con el propósito de declararlo como “Conquistado para Jesucristo”.
Y, claro, con estos “fetiches milagrosos” se consigue llenar los bolsillos de falsos ministros con sus ventas millonarias de botellitas con aceite a precios estratosféricos (y en dólares).
Pero ¿Es necesaria la unción con aceite sobre los hermanos creyentes para consagrar o para sanar enfermos? ¿O aún como medio de protección o dedicación para el SEÑOR? ¿O que el uso del aceite tuviera poderes milagrosos? ¿O aumentará un nivel más de santidad al creyente? En esta ocasión, sólo se considera un humilde y breve ensayo sobre el ungimiento con aceite a enfermos. Sin embargo, cabe notar que la Escritura no enseña que el aceite tuviese tales propiedades para provocar sanidades instantáneas.
En las próximas entregas veremos en cuatro apartados qué dice la Biblia al respecto sobre ungir con aceite a enfermos.
Nota: Antes de realizar cualquier comentario, criterio, réplica o contra-argumento, se les pide de favor que lean toda la serie completa. Muchas gracias por su comprensión.
Continúa con la: | 1era. Parte |
¡Sólo a Dios la Gloria!
Hay quienes atribuyen la unción con aceite con atributos curativos del tipo milagroso (mucha semejanza con las doctrinas de PARE DE SUFRIR y sus objetos pseudo-milagrosos no es coincidencia).
En otra ocasión, también de hermanos sinceros, cómo rociaban aceite con un atomizador en sus manos para orar por cada petición de los creyentes en una iglesia, no siendo limitada al caso de enfermedades, sino también hasta peticiones de trabajo.
Aun peor, el ungimiento con aceite, como si se tratase de un amuleto protector a prueba de todo colocado en automóviles, siendo aplicado en pinturas, en puertas, en patios y en ventanas; contra espíritus inmundos y sobre endemoniados, o como cerco de protección en una iglesia o casa.
También hay situaciones más extremas: Se utilizan helicópteros y avionetas para rociar aceite sobre la ciudad, el estado o el país, con el propósito de declararlo como “Conquistado para Jesucristo”.
Y, claro, con estos “fetiches milagrosos” se consigue llenar los bolsillos de falsos ministros con sus ventas millonarias de botellitas con aceite a precios estratosféricos (y en dólares).
Pero ¿Es necesaria la unción con aceite sobre los hermanos creyentes para consagrar o para sanar enfermos? ¿O aún como medio de protección o dedicación para el SEÑOR? ¿O que el uso del aceite tuviera poderes milagrosos? ¿O aumentará un nivel más de santidad al creyente? En esta ocasión, sólo se considera un humilde y breve ensayo sobre el ungimiento con aceite a enfermos. Sin embargo, cabe notar que la Escritura no enseña que el aceite tuviese tales propiedades para provocar sanidades instantáneas.
En las próximas entregas veremos en cuatro apartados qué dice la Biblia al respecto sobre ungir con aceite a enfermos.
Nota: Antes de realizar cualquier comentario, criterio, réplica o contra-argumento, se les pide de favor que lean toda la serie completa. Muchas gracias por su comprensión.
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