Juan
6:67-68 “Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también
vosotros? Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras
de vida eterna”.
Los
versículos que anteceden a este texto, nos relata sobre cómo nuestro SEÑOR
Jesús se hallaba delante de una gran multitud, y se presentó delante de ellos
como el Pan de Vida que descendió del cielo, y todo el que comiere Su carne y
bebiere Su sangre, tendría vida eterna. Estas palabras las expresó en un
sentido simbólico y figurativo, y lo que quiso decir es que todo aquel que cree
en Cristo y en Su sacrificio en la cruz tiene vida eterna. Pero la gente que
escuchó Su mensaje, no lo entendió así, sino que lo interpretaron de manera tan
literal, que asumieron que Él le pedía comer de Su cuerpo directamente (como un
acto de canibalismo). Claro está, que eso es todo lo contrario a lo que enseña
la Escritura. Incluso hubo quienes se quejaron: “Dura es esta Palabra ¿Quién la
puede oír?”. Por tal motivo, muchos no le creyeron y le dieron la espalda.