En
Génesis 1:2, existe una tensión entre el caos de la Tierra y el Espíritu Santo
“sobrevolándola” (del hebreo “Merra Jefet”, que significa “volar”, “revolotear”
en el sentido de sobre algo o alguien). Esto implica también, como ejemplo, la
idea una gallina empollando huevos o cuidando sus polluelos. Eso significa,
traspasando el concepto, que Dios ha tenido sumo cuidado de Su creación de
principio a fin.
Génesis
1:2 “Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la
faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”.