lunes, 4 de marzo de 2013

DIEZ OBSERVACIONES SOBRE EL DIEZMO Y LA OFRENDA

Antes que todo, pido de favor al lector que lee esta nota que honestamente compare las citas bíblicas expuestas en Su Biblia.

1) Era conocido y practicado por los gentiles

El diezmo no era exclusividad del pueblo de Israel. Existen registros del pago de diezmos en la historia de los egipcios, griegos, fenicios y diversos pueblos de la antigua Mesopotamia. Esta práctica se destinaba de dos maneras: Como sustento para sus cultos religiosos y sus sacerdotes; y como pago de impuestos para sus gobernantes.

Era una práctica frecuente por diferentes naciones, sin embargo en el caso bíblico, en el primer libro de la Biblia (Génesis) vemos que los primeros personajes en dar su diezmo fueron Abraham y Jacob mucho antes de ser oficializada la “Ley” del libro de Éxodo, este hecho se explica ya que Abraham era natural de Ur de los Caldeos, en la Antigua Mesopotamia (Léase Génesis 11:28, 31). En el caso de Abraham y Jacob eran muestras de agradecimiento otorgadas una vez y no como una imposición legal, anual y oficial como sucede en la Ley mosaica con aplicaciones severas para el israelita que no diezmaba (*1). En pocas palabras: El diezmo de aquella época era más flexible, no oficial y del carácter de una dádiva (a excepción del caso de pagos de impuestos). 

Por tanto, para la época del SEÑOR Jesucristo el diezmo ya era conocido entre naciones paganas.

2) Los diezmadores

Ahora, los creyentes nos manejamos en el contexto bíblico y no en el contexto histórico y extra-bíblico. A partir de la base de la Palabra de Dios, trataremos el tema del diezmo. Pues bien, tomando en cuenta dicha base, es evidente que quienes diezman son los hijos de Israel; no la Iglesia. Léase Malaquías 4:4 y 1 crónicas 2:1-2. “Israel estaba obligado a apoyar a sus trabajadores nacionales (sacerdotes), sus feriados (festivales) y sus pobres (extranjeros, viudas y huérfanos) mediante sus diezmos anuales. Quedaban excluidos de diezmar: los jornaleros (asalariados), los pescadores, los mineros y todos aquellos no cubiertos por la ley mosaica” (*2).

3) Los destinatarios del diezmo

Los levitas eran quienes recibían el diezmo según Número 18:22-32. Y al tercer año al levita que no tenía heredad, al extranjero, al huérfano y a la viuda (Léase Deuteronomio 14:22-29).

4) La naturaleza del diezmo

El diezmo, bíblicamente hablando, consiste en productos de la tierra (alfolí, menta, ruda y hortaliza), frutos de los árboles, granos, vinos y sidra, aceites, primicias de manadas y ganados (vacas, ovejas, etc.). Pasajes para corroborar: Levítico 27:30-34; Números 18:22-32; Deuteronomio 14:22-29, 26:12-13; Malaquías 3:10 y Lucas 11:42.

5) La permisión de uso monetario en el diezmo

La única excepción que se hace en cuanto al diezmo en términos monetarios es si alguno de los diezmadores vivían en zonas geográficas muy distantes, para luego comprar alimentos y ofrecerlos. Esa era la única excepción (Léase Deuteronomio 14:22-29).

6) La abolición del diezmo en el Nuevo Pacto

Algunos citan que Lucas 11:42 es un aval de que el diezmo es funcional en el Nuevo Pacto, pero no se toma en cuenta, que nuestro SEÑOR Jesucristo aún no había entregado su vida en sacrificio por nuestros pecados y antes de morir vivía en el Antiguo Pacto. Una vez cumplida la entrega de Su sangre para expiación por nuestros pecados, se abolieron las ordenanzas rituales de la Ley. Corroborar: Efesios Efesios 2:14-16; Hebreos 9: 11-12, 24-26; 10:1-4.

Por tanto, las ordenanzas como el diezmo, la circuncisión, las leyes alimentarias, el guardar el sábado, quedaron abolidas. Cuando Jesucristo presentó su sangre una vez y para siempre para propiciación por los pecados, se abolió el sistema de sacrificios de la Ley. Ya no hay más ejercicio sacerdotal desde el punto de vista del AT. Ahora todos tenemos amplia entrada por el Padre, sin necesidad de mediadores, excepto Jesucristo nuestro SEÑOR. Y si no hay sacerdotes de carácter del AT, no hay razón, por tanto, para diezmar.

7) La ofrenda en el sostenimiento de la iglesia

Pero la Biblia SÍ nos enseña a dar apoyo económico o de otra índole. Para el sostenimiento de la Iglesia Primitiva, practicaban la ofrenda, también conocido como dádiva. En algunos casos, se trataba de una distribución alimenticia para las viudas (Léase Hechos 6:1-2; 1 Timoteo 5:17-18). En el caso de una ofrenda monetaria, no se limitaba a sólo un diez por ciento para cubrir las necesidades de la Iglesia. Pasajes a corroborar: Hechos 2:44-45; 4:43-35.

8) la ofrenda en calidad de dádiva y no impuesto

La ofrenda no tenía carácter de Impuesto o imposición alguna para dar, sencillamente era conforme al corazón y criterio del ofrendante. Léase romanos 15:25-27; 1 Corintios 16:1-2; 2 Corintios 8:7-9, 11-12.
Es claro que la ofrenda se entrega según cómo Dios prospere, según la capacidad de uno y según sus medios. En la actualidad, no sólo se deben realizar ofrendas para las necesidades humanas de la Iglesia, sino también las necesidades materiales como el mantenimiento de nuestros templos e impuestos legales que estos conllevan. Dar ofrendas no quita en ninguna manera la mayordomía financiera.

9) La actitud correcta al dar ofrenda

Respecto al texto bíblico de 2 Corintios 9:7 dice: “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre”. Enfatizo que ahí dice: “Porque Dios ama al dador alegre”, no expresa: “Porque Dios que bendice al dador alegre”. Dios es soberano y si quiere bendecir, lo hace, sino, no; eso está dentro de Sus propósitos y de Su soberanía, como en el caso de Job en el que Dios permitió que Satanás le haya arruinado y dejado en bancarrota (Léase Job 1). Además, todo el que ha nacido de nuevo da u ofrenda por amor y de corazón, no por imposición u obligación alguna y tampoco espera o busca el favor de Dios, ya que eso induce y promueve el interés; además de verse como una buena obra para justificarse, y no con el propósito de dar toda la gloria a Dios sea en la carencia o en la abundancia. Así los israelitas y los judíos lo entendían: Léase 1 crónicas 29:10-21.
10) cada uno esté convencido

En mi humilde opinión: Si alguien está convencido de ofrecer diezmo, sólo impulsado por amor a Dios y a Su obra, bien lo puede hacer, no hay problema. Pero no se inquiete a un hermano en la fe que por no dar diezmo ha caído en pecado, cae bajo maldición, o es condenado a ir al infierno. Debe ser consciente de cómo enseña la Biblia respecto del diezmo, pues no es aplicado a los creyentes. Para ello, enfatizo, están las ofrendas. Es de gran importancia que nos conduzcamos bajo los lineamientos bíblicos y no por los intereses de líderes eclesiales que rayan en la codicia y la avaricia a niveles estratosféricos. 

¡Sólo a Dios la Gloria!
_______________________________
Fuente bibliográfica: