A
continuación una breve lista de las razones por las cuáles Dios no contesta
nuestras oraciones.
1- Tener un corazón
lejos de Dios
Mateo
7:6 “Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías,
como está escrito: Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de
mí”.
Cuando
solo estamos pidiendo sus bendiciones, o adorando sin ningún asomo de
sinceridad, y no reconocemos Su paternidad, es una posible razón por la cual
Dios no contesta nuestras oraciones.
2- Cuando no se le
perdona una ofensa a un hermano
Mateo
6: 14-15 “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a
vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus
ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas”.
Nuestro
SEÑOR Jesucristo nos insta a perdonar siempre a nuestros hermanos cuando se
hayan arrepentido de sus ofensas. Principalmente porque amamos en Cristo:
Juan
15:17 “Esto os mando: Que os améis unos a otros”.
Romanos
12:10 “Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra,
prefiriéndoos los unos a los otros”.
3- Cuando no
tenemos un corazón agradecido
Romanos
1:21 “Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le
dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio
corazón fue entenebrecido”.
Dios
se complace siempre en un corazón agradecido. Todo cuanto tenemos nos ha sido
por gracia. Por tanto la Biblia nos ordena ser agradecidos siempre en todo:
Efesios
5:20 “dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro
Señor Jesucristo”.
4- Cuando el
orgullo está de por medio y no nos humillamos
Salmo
51:17 “Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito
y humillado no despreciarás tú, oh Dios”.
Dios
no responde en este aspecto cuando el orgullo está de por medio y el ego está
entronizado. El SEÑOR Jesucristo nos enseña lo contrario:
Mateo
11:29 “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde
de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas”.
5- Cuando no hay
confesión de pecado
1
Juan 1:8 “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y
la verdad no está en nosotros”.
1
Juan 1:10 “Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su
palabra no está en nosotros”.
Cuando
no confesamos nuestros pecados, por orgullo o ignorancia, Dios tampoco contesta
nuestras oraciones. Por ello, es importante vivir un arrepentimiento diario:
1
Juan 1:7 “pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos
con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”.
1
Juan 1:9 “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar
nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”.
6- Cuando se ha
ofendido a la esposa
1
Pedro 3:7 “Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando
honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de
la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo”.
¿Cuántas
oraciones no han sido contestadas por cuanto no se trata o se considera bien a
la ayuda idónea como coheredera en Cristo? Pues lo que Dos une, nada los separa
el hombre; por tal razón la cuida y le ama conforme a la doctrina de nuestro
SEÑOR Jesucristo:
Efesios
5:25-30 “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y
se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el
lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una
iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que
fuese santa y sin mancha. Así también los maridos deben amar a sus mujeres como
a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie
aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como
también Cristo a la iglesia, porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y
de sus huesos”.
7- Cuando no
pedimos ni hacemos Su voluntad
Mateo
6:10 “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la
tierra”.
Jesús
nos enseñó en su oración modelo que siempre orásemos para que Dios hiciese Su
voluntad. Incluso, Él mismo aplicó este principio:
Mateo
26:42 “Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede
pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad”.
También
la Escritura dice:
Mateo
12:2 “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la
renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena
voluntad de Dios, agradable y perfecta”.
¿Cómo
podemos saber Su voluntad para ser renovados aun en nuestra forma de pensar? A
través de la Palabra de Dios, siguiendo lo que nuestro Dios enseña y
manda.
8- Cuando está de
por medio la Soberanía y el propósito de Dios
Muchas
cosas y situaciones no alcanzaremos a comprender, y entre ellas darles sentido
al dolor y al sufrimiento. Como en el caso de Job, que le fue quitado sus
bienes, su riqueza, su familia y su salud. Sin embargo, cuando al fin
comprendió que en Dios podemos depositar nuestra confianza y esperanza, aun
cuando no recibamos la respuesta que tanto queremos oír, él dijo:
Job
42:1-6 “Respondió Job a Jehová, y dijo: Yo conozco que todo lo puedes, y que no
hay pensamiento que se esconda de ti. ¿Quién es el que oscurece el consejo sin
entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; cosas demasiado maravillosas
para mí, que yo no comprendía. Oye, te ruego, y hablaré; te preguntaré, y tú me
enseñarás. De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me
aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza”.
Recordemos
que Dios es Soberano y Él sabe lo que hace:
Romanos
8:28 “ Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien,
esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”.
¡A Dios sea la
Gloria!