¿Puede un
cristiano ser poseído por espíritus inmundos? La respuesta es: NO.
A continuación las 10 por las cuales un creyente genuino no
puede ser poseído parcial o totalmente por algún demonio o grupo de demonios;
las cuales tienen mucha relación con las “Doctrinas de la Gracia”.
1)
Jesucristo venció al diablo en la cruz
Cristo
Jesús deshizo las obras del diablo:
1Juan
3:8b “Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del
diablo”.
Satanás
ya ha sido juzgado:
Juan
16:7-11 “Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no
me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; más si me fuere, os lo enviaré.
Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De
pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no
me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este
mundo ha sido ya juzgado” (Subrayado añadido).
Jesús
derrotó a las potestades demoniacas:
Colosenses
2:13-15 “Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de
vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados,
anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era
contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando
a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando
sobre ellos en la cruz” (Subrayado añadido).
Destruyó
al emperador de la muerte, el diablo; y el SEÑOR posee en su poder las llaves
del hades y de la muerte:
Hebreos
2:14-15 “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él
también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al
que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a
todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a
servidumbre” (Subrayado añadido).
Apocalipsis
1:18 “Y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los
siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades”
(Subrayado añadido).
Gracias a
Su obra redentora, Jesucristo nos dio libertad:
Juan
8:34-36 “Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel
que hace pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo no queda en la casa para
siempre; el hijo sí queda para siempre. Así que, si el Hijo os libertare,
seréis verdaderamente libres”.
Gálatas
5:1 “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no
estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud”.
2)
Jesucristo nos compró con su preciosa sangre
Para a
quienes se les ha concedido creer en el SEÑOR Jesús y Su evangelio; han sido
cambiados de propietario. La palabra “redención” significa, en un
sentido primario, “comprar”. Es decir; Cristo nos ha redimido o comprado
por medio de Su sangre preciosa:
Hebreos
9:28 “Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los
pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado,
para salvar a los que le esperan” (Subrayado añadido).
1
Corintios 6:20 “Porque habéis sido comprados por precio; glorificad,
pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”
(Subrayado añadido).
Colosenses
1:14 “En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados”.
1 Pedro
1:18-20 “Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir,
la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o
plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero
sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del
mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros”
(Subrayado añadido).
Apocalipsis
5:9 “Y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y
de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has
redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación”
(Subrayado añadido).
El
Espíritu Santo es la garantía de dicha redención o compra:
Efesios
1:13-14 “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el
evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis
sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de
nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza
de su gloria”.
Los
creyentes son trasladados de las tinieblas a la luz, que demuestra el cambio de
propietario:
Colosenses
1:12-14 “Con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar
de la herencia de los santos en luz; el cual nos ha librado de la
potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,
en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados” (Subrayado
añadido).
Por
tanto, los creyentes en Cristo ya no son más propiedad del diablo.
3) Cristo
anuló el registro de nuestros pecados en la cruz
Cristo
pagó nuestras deudas contra nuestro Dios, todas las ofensas por nuestros
pecados cometidos.
Colosenses
2:13-14 “Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de
vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los
pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros,
que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz”
(Subrayado añadido).
El “Acta
de los decretos”, no es la Ley de Dios como algunos piensan o creen, sino
un documento que registra todas nuestras ofensas y pecados contra Dios:
Diccionario
STRONG: χειρόγραφον
/ jeirógrafon (G5498).- “neutro de un compuesto de G5495 y G1125; algo
escrito a mano («quirógrafo»), i.e. manuscrito (específicamente documento o
bono legal [figurativamente]): acta” (2).
Diccionario
TUGGY: “Manuscrito, comprobante
de una deuda: Col_2:14”(3).
Diccionario
SWAMSON: (5934) “χειρόγραφον
(cheirographon), ου (ou), τό (to): s.neu.; ≡ Strong 5498; TDNT 9.435-LN 33.40
registro de deudas (Col_2:14+)” (4).
Nota
RV1995: “Se
usa la imagen de un pagaré que ha sido anulado (cf. Mt 6.12)” (5).
Y la
palabra “anular”, en su traducción literal es “borrar”:
“La
palabra para borrar es el verbo griego exaleifein. Entender esta palabra es
entender la maravillosa misericordia de Dios. El material en que se escribían
los documentos antiguos era, o papiro, una especia de papel que se hacía con
una especie de juncos, o piel de animales. Los dos eran bastante caros, y no se
podían malgastar. La tinta antigua no contenía ácidos; se secaba sobre la
superficie del papel sin descomponerlo como hace la tinta moderna
corrientemente. Algunas veces el escriba, para ahorrar papel, usaba un papiro o
pergamino de segunda mano, es decir, que ya estaba escrito. Para ello se servía
de una esponja y borraba lo que estuviera escrito. Como estaba sólo en la
superficie del papel, se podía dejar como nuevo. Dios, en Su maravillosa
gracia, anuló el informe de nuestros pecados tan completamente como si no
hubieran existido, sin dejar ni rastro” (6).
Jesucristo
ha cancelado nuestras deudas contra Dios en la cruz del Calvario, borrando en
ella el registro de nuestros pecados, para así, por medio de la fe en Él ser
justificados (Léase Romanos 5:1-2).
4) La
justificación por la fe para salvación
En el
librito, “¿CÓMO PUEDO COMPRENDER LA BIBLIA?”; tenemos una definición
sencilla y práctica de lo que es la doctrina de la justificación:
“La
justificación es el acto legal por medio del cual Dios declara justo a todo
aquel que confía en Su Hijo para salvación. Lo único que podemos hacer para
calificar y obtener ese estado es creer en Cristo. La justificación es un acto
de la libre gracia de Dios. No podemos ganárnosla (Léase Romanos 3.24). Por Su
vida, muerte y resurrección a nuestro favor, Cristo nuestro Salvador puede
justificar a toda persona impía y maligna que acude a Él para obtener gracia
(Léase Romanos 4.5)” (7).
De la
misma serie de libritos del anterior, “¿HABRÉ SIDO DEMASIADO MALO?”:
“Es el
perdón legal de Dios. Esta es la remoción definitiva que hace Dios de todas las
barreras legales al cielo. AL conceder este perdón, Dios actúa como Juez para
declarar todos los pecados ‘pagados completamente’. De este modo en adelante,
Cristo es nuestro abogado (1 Juan 2:1). Junto con Su Padre nos da una inmunidad
legal de cualquier acusación que pudiese separarnos del amor de Dios (Romanos
8:28-39). Sin embargo, tenemos que recordar que este perdón no se otorga
universalmente. Solamente lo reciben los que personalizan la misericordia de
Dios” (8).
Y pág.
11:
“Básicamente,
Dios dice a la persona que confía en Cristo: ‘Ya alguien pagó por tus pecados.
Mi Hijo murió por ti. Por tanto, en Él eres justo delante de Mí. ¡Tus pecados
son perdonados una vez y para siempre!’” (9).
Entonces,
el único medio de salvación y justificación es a través de la fe. Veamos esto
en las Escrituras.
Romanos
3:21-28 “Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de
Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por
medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay
diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,
siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que
es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en
su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su
paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su
justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe
de Jesús. ¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley?
¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe. Concluimos, pues, que el
hombre es justificado por fe sin las obras de la ley”.
1
Corintios 5:21 “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para
que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él”.
1 Pedro
3:18a “Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo
por los injustos, para llevarnos a Dios”.
Los
incisos 1, 2, 3 y 4 recalcan
el perdón de pecados por medio de la fe en Cristo ¿Qué importancia tiene estos
fundamentos bíblicos? Mucha en gran manera: Pues si Cristo ha vencido al diablo
por medio de Su muerte y resurrección, si Dios ha borrado nuestros pecados, por
los cuales éramos enemigos de Dios, declarándonos justos en Cristo, se hizo un
cambio de propietario y trasladándonos de las tinieblas a la luz; ¿Cuánto más
nos ha librado del poder de diablo sobre nuestras vidas? Pues hemos sido
libertados de las potestades demoniacas que operaban sobre nosotros antes de la
conversión. Si Dios hubiese permitido que una persona que ha “creído” en
Cristo continuara siendo poseída por espíritus inmundos, entonces no le han
sido perdonados sus pecados ni tampoco ha sido libertado del poder de las
tinieblas ni trasladado al reino de Su Hijo.
5) Dios
nos adoptó como hijos Suyos
Antes de
la nueva vida en Cristo, éramos hijos del diablo:
Juan
8:44a “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de
vuestro padre queréis hacer” (Subrayado añadido).
Efesios
2:1-3 “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros
delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la
corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el
espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales
también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne,
haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por
naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás” (Subrayado añadido).
1 Juan
3:8a “El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde
el principio”.
Pero en
la vida nueva en Cristo, somos hechos hijos de Dios:
2
Corintios 6:18 “Y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e
hijas, dice el Señor Todopoderoso”.
Juan
1:12-13 “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre,
les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de
sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”.
Romanos
8:14-17 “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son
hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar
otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el
cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro
espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también
herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos
juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados”.
Efesios
1:4-5 “Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que
fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado
para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de
su voluntad”.
Hebreos
2:11-15 “Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos;
por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos, diciendo: Anunciaré a mis
hermanos tu nombre, en medio de la congregación te alabaré. Y otra vez: Yo
confiaré en él. Y de nuevo: He aquí, yo y los hijos que Dios me dio. Así que,
por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo
mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la
muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte
estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre”.
En base a
esta evidencia bíblica, los creyentes ya no son más hijos del diablo, sino que
son hijos de Dios una vez que hemos creído por gracia en Jesucristo conforme a
Su soberana voluntad.
6) Dios
nos transforma en nacidos de nuevo, nuevas criaturas
Cito un
fragmento de los Cánones de Dort (del año 1619):
“Este
nuevo nacimiento no es obrado en nosotros por medio de la predicación externa
solamente, ni por indicación, o por alguna forma tal de acción por la que, una
vez Dios hubiese terminado Su obra, entonces estaría en el poder del hombre el
nacer de nuevo o no, el convertirse o no. Si no que es una operación totalmente
sobrenatural, poderosísima y, al mismo tiempo, suavísima, milagrosa, oculta e
inexpresable, la cual, según el testimonio de la Escritura (inspirada por el
autor de esta operación), no es menor ni inferior en su poder que la creación o
la resurrección de los muertos; de modo que todos aquellos en cuyo corazón obra
Dios de esta milagrosa manera, renacen cierta, infalible y eficazmente, y de
hecho creen. Así, la voluntad, siendo entonces renovada, no sólo es movida y
conducida por Dios, sino que, siendo movida por Dios, obra también ella misma.
Por lo cual con razón se dice que el hombre cree y se convierte por medio de la
gracia que ha recibido” (10).
Ahora
bien, Dios es el que engendra a los que han creído en Jesús por medio del
evangelio:
Juan 1:13
“Los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de
voluntad de varón, sino de Dios” (Subrayado añadido).
1 Pedro
1:23 “Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible,
por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre”.
La Biblia
dice que somos creados (nacidos de nuevo) para ser semejantes a Cristo:
Romanos
8:29 “Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos
conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre
muchos hermanos” (Subrayado añadido).
Efesios
2:8-10 “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de
vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque
somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras,
las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”
(Subrayado añadido).
1 Juan
2:6 “El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo”.
A causa
de este nuevo nacimiento operado por Dios mismo, dejamos de ser lo que antes
éramos, para ser nuevas criaturas en Cristo:
2
Corintios 5:17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es;las
cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”
(Subrayado añadido).
Efesios
4:22-24 “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo
hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos y renovaos en el
espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según
Dios en la justicia y santidad de la verdad” (Subrayado añadido).
Romanos
6:6 “Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con
él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más
al pecado”.
Romanos
6:4 “Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo,
a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así
también nosotros andemos en vida nueva” (Subrayado añadido).
Solo los
verdaderos nacidos de nuevo pueden vivir en el Espíritu y andar como Cristo
anduvo en sus días de vida terrenal:
Romanos
8:5 “Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero
los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu”.
Gálatas
5:22-25 “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.
Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu”.
Si una
persona que dice ser creyente, pero continúa con un estilo de vida en el cual
practica el pecado y continúa en su antigua manera de vivir; es evidencia de
que nunca ha nacido de nuevo.
7) Dios
nos santifica
¿Qué es la
santificación? Respuesta:
“Santificación
viene del verbo santificar. Santificar viene de la palabra griega hagiazo, que
significa estar "separado" "puesto aparte". En la Biblia,
santificación generalmente tiene que ver con un acto soberano de Dios por el
cual Él "pone aparte" a una persona, lugar, o cosa para cumplir Sus
propósitos (…) En el mismo momento en que somos salvos por
Jesucristo, inmediatamente también somos santificados, y comienza el proceso de
ser conformados a la imagen de Cristo” (11).
Durante
la nueva vida en Cristo, Dios hace la obra de santificación en nosotros, porque
lo determinó Su voluntad mucho antes de la fundación del mundo:
Efesios
1:4 “Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo,
para que fuésemos santos y sin mancha delante de él” (Subrayado
añadido).
Romanos
6:22 “Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de
Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la
vida eterna” (Subrayado añadido).
1
Corintios 1:30 “Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual
nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y
redención” (Subrayado añadido).
2
Corintios 7:1 “Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas,
limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la
santidad en el temor de Dios”.
Hebreos
12:14 “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual
nadie verá al Señor” (Subrayado añadido).
1 Pedro
1:15-16 “Sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos
en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy
santo”.
1
Tesalonicenses 4:3a y 7 “Pues la voluntad de Dios es vuestra
santificación (…) Pues no nos ha llamado Dios a
inmundicia, sino a santificación” (Subrayado añadido).
Y Él
santifica todo el ser del creyente:
1
Tesalonicenses 5:23 “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y
todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado
irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo” (Subrayado
añadido).
¿Cómo
realiza esta santificación? Por medio del Espíritu Santo:
2
Tesalonicenses 2:13 “Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios
respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido
desde el principio para salvación, mediante la santificación por el
Espíritu y la fe en la verdad” (Subrayado añadido).
1 Pedro
1:2 “Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación
del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo:
Gracia y paz os sean multiplicadas” (Subrayado añadido).
Un
verdadero creyente no puede ser poseído por espíritus inmundos porque Dios
procesa al creyente en continua santificación. ¿Hasta cuándo? Hasta el día en
que nos presentemos delante del SEÑOR (Léase Filipenses 1:6 y Judas 24-25).
8) El
creyente en Cristo puede pecar; pero ya no practica el pecado
Un
cristiano que ha nacido de nuevo no puede tener por estilo de vida la práctica
del pecado.
1 Juan
3:8-9 "El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo
peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las
obras del diablo. Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el
pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede
pecar, porque es nacido de Dios" (Subrayado añadido).
En la transliteración
del griego español, la frase “practica el pecado” del vers. 8 es “haciendo
el pecado”. Y en el vers. 9 la frase “y no puede pecar” se traduce
literalmente: “y no es capaz de estar pecando”.
Veamos
primeramente el significado amplio de la palabra “practicar”:
Diccionario
STRONG: ποιέω
/ poiéo (G4160).- “Aparentemente forma prolongada de un obsoleto primario;
hacer (en una aplicación muy amplia, más o menos directa): poner, practicar,
prestar, procurar, producir, redimir, sacar, tomar, trabajar, actuar, causar,
preparar celada, celebrar, cometer, conducir, constituir, convertir, cumplir,
dar, dejar, echar, efectuar la purificación, ejecutar, ejercer, encaminar,
encender, enderezar, establecer, ganar, guardar, hacer, lavar, infringir (la
ley), llevar. Compare G4238” (12).
Diccionario
VINE: “Poieo, «hacer,
practicar», tiene más que ver con el carácter de la conducta (…) Hacer, en
el sentido de fabricar, manufacturar”(13).
Y la
frase “No puede pecar…”:
Poder
Diccionario
STRONG: δύναμαι
/ dúnamai (G1410).- “De afinidad incierta; ser capaz o posible: (tener)
poder, poderoso, capaz, hacer (algo)” (14).
Pecar
Diccionario
STRONG: ἁμαρτάνω
/ jamartáno (G264).- “Tal vez de G1 (como partícula negativa) y la base de
G3313; propiamente errar el blanco (y así no participar del premio), i.e.
(figurativamente) errar, especialmente (moralmente) pecar: cometer pecado,
pecar, practicar el pecado” (15).
Entonces,
entendemos con estas frases que el cristiano:
·
Ya no es
capaz de encaminarse a practicar y fabricar pecados de manera continua.
Ya no
posee un poder de inclinación hacia el pecado.
Pero el
cristiano sí peca por debilidad o ignorancia. La diferencia radica en la
actitud hacia el pecado. Si alguien que dice ser “creyente” y se
complace en el pecado de forma consciente y sin tapujos, entonces no es hijo de
Dios ni nacido de nuevo:
1 Juan
5:18a “Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no
practica el pecado”.
Hemos
corroborado anteriormente que quienes sí practican el pecado son los hijos del
diablo:
1 Juan
3:8 "El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo
peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer
las obras del diablo” (Subrayado añadido).
Gálatas
5:19-21 “Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio,
fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades,
pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios,
borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os
amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales
cosas no heredarán el reino de Dios” (Subrayado añadido).
Y… ¿Qué
pasa entonces si el creyente peca? El apóstol Juan nos lo dice en su primera
epístola:
1 Juan
1:7 “Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos
con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”.
1 Juan
1:9 “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar
nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”.
1 Juan
2:1 “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno
hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo”.
Todo
cristiano tiene flaquezas, pero está bajo un proceso de renovación y limpieza.
Hemos estudiado sobre el tema de la santificación que es voluntad de Dios vivir
en santidad. Y enfatizo: Estar bajo la Gracia no es licencia para pecar.
Romanos
6:1-2 “¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia
abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo
viviremos aún en él?” (Subrayado añadido).
Romanos
6:19 “Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para
iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la
iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir
a la justicia”.
Gálatas
5:13 “Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados;solamente
que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor
los unos a los otros” (Subrayado añadido).
1 Pedro
2:15-16 “Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis
callar la ignorancia de los hombres insensatos; como libres, pero no
como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como
siervos de Dios” (Subrayado añadido).
¿Cómo un
cristiano cae en el pecado? Por medio de la tentación.
Santiago
1:13-15 “Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios;
porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino
que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y
seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el
pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte”.
Dios no
tienta. Satanás y la concupiscencia sí. En el caso de Satanás, siendo el
príncipe de este mundo, se vale de tres estrategias, de muchas, para tentar al
hombre:
1 Juan
2:16 “Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los
deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del
mundo”.
Repasemos
las tres formas de tentación:
· Los
deseos de la carne
· Los
deseos de los ojos
· La
vanagloria de la vida
Sin
embargo, quién cae en tentación es responsabilidad de él. Uno de los problemas
del hombre, es su propia concupiscencia. La palabra “Concupiscencia” en
griego es “Epithumia” y se traduce como “Codicia” o “Deseo
desordenado”. La codicia es un mal del hombre tan antiguo como el principio
del mundo (Léase Génesis 3:6). Por ello, el ser humano es responsable de
responder a la tentación y cometer pecado.
Pero
antes de ceder a la tentación, Dios ya dado la salida:
1
Corintios 10:13 “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana;
pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir,
sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis
soportar”.
Hebreos
2:17-18 “Por lo cual (Cristo) debía ser en todo semejante a
sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a
Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. Pues en cuanto él mismo
padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados”
(Paréntesis añadido).
Y los que
venzan la tentación serán recompensados por gracia:
Santiago
1:12 “Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya
resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los
que le aman”.
9) El ser
del cristiano no puede ser receptáculo de demonios
Un
cristiano no puede ser poseído por espíritus inmundos porque, como hemos visto,
Dios santifica todo el ser del creyente:
1
Tesalonicenses 5:23 “Y el mismo Dios de paz os santifique por
completo;y todo vuestro ser, espíritu, alma y
cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor
Jesucristo” (Subrayado añadido).
Vale la
pena rememorar que el creyente ya es propiedad de Cristo Jesús.
Algunos
enseñan que la posesión se da en algunos de las tres partes del ser humano: el
cuerpo, el alma o en el espíritu. Examinemos:
En el
espíritu.- No
hay indicación en la Biblia de que un espíritu posea a otro espíritu.
El alma.- Los espíritus inmundos sí actúan en el
control del cerebro y la mente de un inconverso, como en los casos
de posesión demoniaca ya presentados en el capítulo anterior. Pero un nacido de
nuevo, que ha abandonado su antigua manera de vivir, que ha sido comprado por
la sangre de Cristo, justificado, está siendo santificado por el Espíritu Santo
y siendo guiado por Él; de ninguna manera puede ser controlado o poseído por un
espíritu inmundo. La evidencia bíblica demuestra que el cristiano puede ser
tentado exteriormente. Si continúa con manifestaciones demoniacas o con
prácticas habituales de pecado, es evidencia de que no ha nacido de nuevo ni
que haya sido convertido a Cristo.
Gálatas
4:6 “Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de
su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!”.
El
cuerpo.- El
cuerpo de un creyente tampoco puede ser habitado por un demonio o grupo de
demonios, porque ya es templo de Dios:
1
Corintios 3:16-17 “¿No sabéis que sois templo de Dios, y
que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de
Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros,
santo es” (Subrayado añadido).
¿Acaso un
espíritu inmundo osaría destruir algo que ya Dios hizo su morada? No, porque
los espíritus inmundos no son más poderosos que el Espíritu Santo que mora en
nosotros.
2
Corintios 6:14-16 “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos;
porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué
comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial?
¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el
templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios
viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su
Dios, y ellos serán mi pueblo” (Subrayado añadido).
Es muy
evidente que la referencia alude a que nosotros somos el templo de Dios,
hablando de todo el ser, no sólo de la iglesia misma; pues Dios también hace su
morada en nosotros. Si Dios mora en nosotros, no hay entonces comunión con las
tinieblas. Él no puede contradecirse a Sí mismo.
Por
tanto, ningún demonio puede habitar en las tres partes de ser del creyente.
1
Corintios 12:3 “Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu
de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el
Espíritu Santo”.
10) El
creyente es guardado por el poder y el amor de Dios
Aquí la evidencia
bíblica:
1 Pedro
1:5 “Que sois guardados por el poder de Dios mediante la
fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el
tiempo postrero” (Subrayado añadido).
2
tesalonicenses 3:3 “Pero fiel es el Señor, que os afirmará
y guardará del mal” (Subrayado añadido).
1 Juan
5:18 “Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues
Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca”
(Subrayado añadido).
Judas
24-25 “Y a Aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros
sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios,
nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos
los siglos. Amén” (Subrayado añadido).
Y no sólo
nos guarda contra las acechanzas del diablo, sino que nos da poder y fortaleza
en todas las adversidades:
1 Pedro
5:10 “Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en
Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione,
afirme, fortalezca y establezca”.
2
Corintios 4:7-10 “Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la
excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en
todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no
desamparados; derribados, pero no destruidos; llevando en el cuerpo siempre por
todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se
manifieste en nuestros cuerpos”.
Romanos
8:37-39 “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de
aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni
ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni
lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor
de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro” (Subrayado añadido).
En la
palabra “ángeles” se entiende por contexto que se identifica a Satanás y
a sus ángeles caídos, puesto que los ángeles de Dios no tendrían motivos para
separarnos de Dios; por tanto, ninguno de ellos nos puede separar de Dios.
Concluyendo...
Estas han
sido las 10 razones válidas y por las cuales un cristiano no puede ser
endemoniado. Lo cual, al igual que el apóstol Pablo, exhorto:
2
Corintios 13:5 “Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a
vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en
vosotros, a menos que estéis reprobados?”.
¡Sólo a Dios la Gloria!
_____________________________________________
Fuente Bibliográfica:
(2)
Diccionario STRONG; versión para E-Sword.
(3)
Diccionario TUGGY; versión para E-Sword.
(4)
Diccionario SWAMSON; versión para E-Sword.
(5) Notas
de la RV1995, versión para E-Sword.
(6)
Comentario al NT de William Barclay; versión para E-Sword.
(7) “CÓMO
PUEDO COMPRENDER LA BIBLIA”, de la serie “Tiempo de buscar”, de Ministerios RBC
Latino, pág. 18.
(8)
“¿HABRÉ SIDO DEMASIADO MALO?”, “El perdón de Dios”; de la serie “Tiempo de
buscar”, de Ministerios RBC Latino, pág. 14.
(9)
“¿HABRÉ SIDO DEMASIADO MALO?”, “El perdón de Dios”; de la serie “Tiempo de
buscar”, de Ministerios RBC Latino, pág. 11
(10)
CANONES DE DORT (del año 1619), Capítulo Tercero y Cuarto: “De la depravación
del hombre, de su conversión a Dios y de la manera de realizarse esta última”,
artículo XII, pág. 10.
(11)
Fuente electrónica:http://www.allaboutfollowingjesus.org/spanish/santificacion.htm
(12)
Diccionario STRONG, versión para E-Sword.
(13)
Diccionario VINE NT; versión para E-Sword.
(14)
Diccionario STRONG; versión para E-Sword.
(15) Diccionario STRONG; versión
para E-Sword.