Argumento: “En Juan 6:54, se nos ordena que comamos su carne y bebamos su
sangre; por eso la Iglesia católica enseña la doctrina de la
transubstantación…”.
Definición de la doctrina católica de la transubstantación: “La Transubstanciación es la
enseñanza que dice que durante la Misa en la consagración de la Cena del Señor
(Comunión), los elementos de la Eucaristía, el pan y el vino, son transformados
en el mismo cuerpo y sangre de Jesús y ya no son mas pan y vino, solo que aún
mantienen su apariencia de pan y vino” (*1).
El pasaje a analizar:
Juan 6:54 “El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y
yo le resucitaré en el día postrero”.
Refutación con la Biblia: Yo personalmente no estoy de acuerdo con esta doctrina de la Iglesia
católica porque está mal interpretada y no es bíblica. Pero analicemos el
contexto del capítulo 6.
Fueron los judíos los que le pidieron señal (Léase Juan 6:30), y Jesús
les mostró la obra de la salvación por medio de la fe. En su discurso famoso
del “Pan de Vida”, usa el maná como un ejemplo que descendió del cielo para dar
de comer al Pueblo de Israel en el desierto, pero aun así murieron, pero Cristo
descendió del cielo para que todo aquel que en Él crea tenga vida eterna. La
salvación no se obtiene por “comer” o “beber”, sino por creer y obedecer.
Juan 6:35-36 “Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; EL QUE A MÍ VIENE,
nunca tendrá hambre; y EL QUE EN MÍ CREE, no tendrá sed jamás. Mas os he dicho,
que aunque ME HABÉIS VISTO, NO CREÉIS” (Mayúscula añadida).
Juan 6:39-40 “Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de
todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día
postrero. Y esta es la voluntad del que me ha enviado: QUE TODO AQUEL QUE VE AL
HIJO, Y CREE EN ÉL, TENGA VIDA ETERNA; Y YO LE RESUCITARÉ EN EL DÍA POSTRERO”
(Mayúscula añadida).
¿Lo notamos? Juan 6:35-36, va en sintonía con Juan 6:39-40: El que VE AL
PAN DE VIDA, AL HIJO, CREE EN ÉL, TIENE VIDA ETERNA. Este es el verdadero
significado de “comer y beber”; “Ir a Cristo y creer en Él” respectivamente. El
que come su carne es el que ve y va a Cristo; el que bebe su sangre es el que
cree en Cristo; por consecuencia tiene Vida Eterna:
Juan 6:53-54 “Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis
la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.
El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en
el día postrero”.
En otra paráfrasis: “De cierto os digo, sino vienen al Hijo y creen en
Su sacrificio, no tendréis vida en vosotros. El que viene a mí y cree en mí,
tiene vida eterna y yo le resucitaré en el día postrero”. Se halla en sintonía
con todo el capítulo de Juan 6.
Hasta el apóstol Pablo lo entendió bien:
Romanos 3:24-26 “Siendo justificados gratuitamente por su gracia,
mediante la redención que es en Cristo Jesús, A QUIEN DIOS PUSO COMO
PROPICIACIÓN (Satisfacción de la justicia y de la ira de Dios -2 Corintios
5:21-) POR MEDIO DE LA FE EN SU SANGRE, para manifestar su justicia, a causa de
haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de
manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que
justifica al que es de la fe de Jesús” (Mayúscula y paréntesis añadidos).
Los judíos sabían que comer y beber carne y sangre era una aberración,
pues ellos tienen la Ley y se les prohíbe comer carne y sangre, esto lo sabemos
en: Génesis 9:4, Deuteronomio 15:23, Hechos 15:20, 29. Y estos discípulos (los
70 creo yo) lo entendieron así de forma literal. Sin embargo, el SEÑOR Jesús aclara:
Juan 6:63 “El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha;
LAS PALABRAS QUE YO OS HE HABLADO SON ESPÍRITU Y SON VIDA” (Mayúscula
añadida).
Él mismo estaba hablando figuradamente: La carne nada aprovecha, ¿pero
qué sí aprovecha? El Espíritu, y según Juan 6:63, ¿En dónde engloba o encierra
Jesús el Espíritu para dar vida? Por medio de SU PALABRA. Incluso, los doce,
teniendo a Pedro como vocero, lo entendieron así:
Juan 6:68-69 “Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? TÚ TIENES
PALABRAS DE VIDA ETERNA. Y NOSOTROS HEMOS CREÍDO Y CONOCEMOS QUE TÚ ERES EL
CRISTO, el Hijo del Dios viviente” (Mayúscula añadida).
Cuando hablamos de creer genuinamente en Cristo, tiene por consecuencia
tener vida eterna y ser partícipe del día de la resurrección; ese es el énfasis
es el que se le da en el capítulo 6. Pero para tener vida eterna (tanto física
como espiritual) es creer en la Palabra de Cristo: Que Él vino al mundo para
morir y salvar a los pecadores, y por medio de Él por la fe recibir vida
eterna:
Juan 5:24 “De cierto, de cierto os digo: El que OYE MI PALABRA, Y CREE
AL QUE ME ENVIÓ, TIENE VIDA ETERNA; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de
muerte a vida” (Mayúscula añadida).
Juan 3:16-18 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su
Hijo unigénito, PARA QUE TODO AQUEL QUE EN ÉL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA
VIDA ETERNA. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo,
sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado;
pero el que no cree, ya ha sido condenado, PORQUE NO HA CREÍDO EN EL NOMBRE DEL
UNIGÉNITO HIJO DE DIOS” (Mayúscula añadida).
Esto en realidad, las expresiones de comer su carne y beber su sangre
son sentidos figurados, similares a las Parábolas. Ahora vamos a ver las
reacciones de semejante mensaje y sus consecuencias. Los apóstoles lo
comprendieron bien, el resto del cuerpo discipular no y se fueron ¿Por qué?
Porque no lo entendieron:
Mateo 13:10-11, 13, 16 “Entonces, acercándose los discípulos, le
dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas? El respondiendo, les dijo: Porque a
vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no
les es dado (…) Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo
no oyen, ni entienden (…) Pero BIENAVENTURADOS VUESTROS OJOS, PORQUE VEN; Y
VUESTROS OÍDOS, PORQUE OYEN” (Mayúscula añadida).
Los apóstoles, a excepción de Judas (Léase Juan 17:12), sí creyeron,
pues vieron al Hijo y lo oyeron. Es decir, creyeron en su Palabra (Léase 2
Pedro 1:16-18). ¿Notamos que en el contexto de Juan 6:35 al 40 coinciden con el
testimonio de los apóstoles, que ellos en su momento vieron, oyeron y creyeron
que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios por el cual tendrían vida eterna? Y
esto no lo hace por comer literalmente el cuerpo y la sangre de Cristo como lo
enseña la doctrina de la transubstantación. No se obtiene vida eterna y
salvación comiendo la hostia remojada en vino; sino de creer y obedecer al
llamado del arrepentimiento que anuncia el evangelio.
En tal caso ¿Por qué las iglesias católicas no adoran una puerta, un
cordero, un león, una fuente con agua en el altar y el asta con la serpiente de
Moisés, que todos estos eran símbolos de Cristo? ¿Por qué los curas católicos
no tienen estos animales en sus templos si con ellos también pueden creer y
tener vida eterna? Porque bien saben que sólo se trata de un sentido figurado.
Como Jesús dijo:
Juan 3:12 “Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis
si os dijere las celestiales?”.
En conclusión…
Por esta razón, Juan 6:54 no está hablando de forma literal que hemos de
comer su carne y beber su sangre. Bajo el contexto de Juan 6, Jesús habló de
forma figurada y simbólica para expresar que todo aquél que cree en Él tiene
vida eterna y será resucitado. Sólo a través Cristo podemos ser salvos, y tener
vida eterna, vida para siempre con Dios (Léase Juan 17:3).
Por último, hago la invitación de que se compare los textos y lea todo
el capítulo 6 del Evangelio de Juan.
¡Solo a Dios la Gloria!
Nota: Este humilde comentario no se extiende al significado y doctrina
bíblica de la Santa Cena; sino de refutar esta “base” de Juan 6:54 para avalar
la pagana práctica y creencia de la transubstantación. Por cierto, este
comentario es para meditar, no para discutir.
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Fuente bibliográfica:
(*1): “Transubstanciación y la Presencia Real”; Matt Slick. Fuente
electrónica:http://www.miapic.com/transubstanciación-y-presencia-real